2.6.08

Política cultural. ¡Vaya majadería!

Una vez más (¿y van...?) los políticos —los de derechas, claro (de momento)— han dado muestra de su cretinismo, de su oligofrenia intelectual, de su marmolejería, de su manifiesto analfabetismo pasivo (el activo viene de suyo), de su avaricia, de su entendimiento animal en esto de hacer (que ni hacen, ni han hecho, ni harán) cultura. Colocad aquí cuantos calificativos de parecida índole os quepan. Con un cerebro desértico, sus deducciones son rápidas como los vientos que lo azotan y, sus decisiones, huracanadas: lo barren todo, y con más saña, aquello en lo que se vislumbra un ápice de educación, de formación, de estética de la buena, de cultura, como si en ella vieran al demonio o a la bicha; o por pura venganza rastrera en la que lo que sí se revela es su mirada torva, sus visajes socapa, sus dentelladas saliendo del fango y de las cuevas antediluvianas. Una clase pringosa, embadurnada de pez, pero que no se agosta, no desaparece. Cada vez más la idiotez ocupa cargos decisorios; aumentan los analfabetos en los sillones institucionales dando berridos, con las orejeras bien apretadas y las bridas tirantes sujetas a un belfo que deja zaheridas sus comisuras y sus ojos desorbitados tirando hasta el cogote sus pupilas.
Debería ser más procaz incluso, menos lene, más stirniano, más batailleano, y lanzo aquí una carcajada fastuosa porque acabo de hacer un pacto con el diablo. Más adelante os diré por qué. De momento, velo.

1 comentario:

Javier López Clemente dijo...

osti! en vela quedo a la espera de descubrir el enigma.

Salul2 Córneos.