Que no acaben nunca. Estas noches de poesía para perdidos deberían continuar (y así espero que trabajemos todos para ello) como un ciclo permanente que ofrecer a la ciudadanía zaragozana y foránea cada primavera. Que se inscriba en los programas turísticos; que se cuelguen pancartas y avisos, que se tiren octavillas... Anúnciese.
Fue Brenda Ascoz la invitada de excepción, y a nosotros nos invitó a beber en un poema final que decía tanto del amor como de su pérdida, e incluso de la sensualidad que como poso deja la memoria de la ausencia: un anhelo redentor.
El gran Miguel Ángel, el Ortiz, apareció de súbito, se sentó en la banqueta y dijo del circo humano y de su excepción. ¿Qué tienen esos textos “raros” del Ortiz que se cuelan por entre los pliegues de los sesos haciendo culebrines? Espero decíroslo algún día.
Pero esta noche era de Miguel Serrano y de Nacho Tajahuerce, dos jovencísimos poetas que ya se vienen anunciando con conciencia y sin ciencia (de esa ciencia convencional: carecen de la ciencia que excava suelos y de la que ataca con piquetas tirándolo todo; es decir, de la que hace del hombre una basura), con su ironía un puntito amarga y con su amargura un puntito irónica; más de esto último. Pero amargura de la buena, nada de exacerbaciones, sino de recorrido existencial, empático; lo que Garaudy y Sartre nos indicaban hace años, pero que nunca se ha cumplido (que yo sepa) en el mensaje social ni político, ni ético, ni en ninguno, salvo –como hoy ha quedado demostrado- en el poético. Más lírico Serrano; más observador Tajahuerce, ambos tienen aún mucho que decir, mucho de lo que nos interesa a todos, porque se transparenta en los dos ese grado de penetración en la superficie con la piqueta -ahora sí- del dolor propio y el del otro, y golpeando con el martillo pilón -ahora también- de lo psicosocial: revelar el engaño de la euforia, denunciar el mensaje que se quedó a medio camino en los sesenta, pero que todavía permanece en las páginas para aproximarnos y revisarlo. Miguel Serrano lo dijo en dos ocasiones sobresalientes: con el escorzo del malentendido y bien entendido final sobre la certeza de la muerte (de arraigada concepción barroca y aun romántica) y con su invitación a la lectura usando como mediador el icono en cierto modo diletante del conector blog. Dos golpes maestros en la forma, en la concepción y en el contenido.
Nacho Tajahuerce lo expresó con sus “oficios”, verdaderos “tipos” con vida, a medio camino entre la denuncia social y la representatividad con fundamentos de universalidad. Y tenía un as escondido para hablarnos de la soledad en un libro con páginas en blanco cuya luz me dio de frente, cegándome. Y tiene otras cosas este Nacho, como ese pasar de puntillas sobre lo antropológico para dar de pronto con un certero golpe de honda en la sien del ser y acelerar los pulsos. Encuentro feliz el de esta noche. La poesía chuta (en los dos sentidos). Los poetas también. Nacho y Miguel han dado sobradas pruebas. Felicidades sincerísimas.
(De arriba a abajo: 1.Tajahuerce; 2. Ingrid Magriñá, Ortiz Albero y Ángel Gracia; 3. Miguel Serrano; 4. Miguel Serrano, Fernando Sarría, Manuel Vilas y Tajahuerce; y 5. Brenda Ascoz)
Fue Brenda Ascoz la invitada de excepción, y a nosotros nos invitó a beber en un poema final que decía tanto del amor como de su pérdida, e incluso de la sensualidad que como poso deja la memoria de la ausencia: un anhelo redentor.
El gran Miguel Ángel, el Ortiz, apareció de súbito, se sentó en la banqueta y dijo del circo humano y de su excepción. ¿Qué tienen esos textos “raros” del Ortiz que se cuelan por entre los pliegues de los sesos haciendo culebrines? Espero decíroslo algún día.
Pero esta noche era de Miguel Serrano y de Nacho Tajahuerce, dos jovencísimos poetas que ya se vienen anunciando con conciencia y sin ciencia (de esa ciencia convencional: carecen de la ciencia que excava suelos y de la que ataca con piquetas tirándolo todo; es decir, de la que hace del hombre una basura), con su ironía un puntito amarga y con su amargura un puntito irónica; más de esto último. Pero amargura de la buena, nada de exacerbaciones, sino de recorrido existencial, empático; lo que Garaudy y Sartre nos indicaban hace años, pero que nunca se ha cumplido (que yo sepa) en el mensaje social ni político, ni ético, ni en ninguno, salvo –como hoy ha quedado demostrado- en el poético. Más lírico Serrano; más observador Tajahuerce, ambos tienen aún mucho que decir, mucho de lo que nos interesa a todos, porque se transparenta en los dos ese grado de penetración en la superficie con la piqueta -ahora sí- del dolor propio y el del otro, y golpeando con el martillo pilón -ahora también- de lo psicosocial: revelar el engaño de la euforia, denunciar el mensaje que se quedó a medio camino en los sesenta, pero que todavía permanece en las páginas para aproximarnos y revisarlo. Miguel Serrano lo dijo en dos ocasiones sobresalientes: con el escorzo del malentendido y bien entendido final sobre la certeza de la muerte (de arraigada concepción barroca y aun romántica) y con su invitación a la lectura usando como mediador el icono en cierto modo diletante del conector blog. Dos golpes maestros en la forma, en la concepción y en el contenido.
Nacho Tajahuerce lo expresó con sus “oficios”, verdaderos “tipos” con vida, a medio camino entre la denuncia social y la representatividad con fundamentos de universalidad. Y tenía un as escondido para hablarnos de la soledad en un libro con páginas en blanco cuya luz me dio de frente, cegándome. Y tiene otras cosas este Nacho, como ese pasar de puntillas sobre lo antropológico para dar de pronto con un certero golpe de honda en la sien del ser y acelerar los pulsos. Encuentro feliz el de esta noche. La poesía chuta (en los dos sentidos). Los poetas también. Nacho y Miguel han dado sobradas pruebas. Felicidades sincerísimas.
(De arriba a abajo: 1.Tajahuerce; 2. Ingrid Magriñá, Ortiz Albero y Ángel Gracia; 3. Miguel Serrano; 4. Miguel Serrano, Fernando Sarría, Manuel Vilas y Tajahuerce; y 5. Brenda Ascoz)
4 comentarios:
"La poesía chuta (en los dos sentidos)" Paréceme escuchar la carcajada inigualable de Foregissimo pensando esta enorme frase, jajajaja.
Imprevistos me hicieron perder ese colofón del ciclo con Nacho, mi tocayo Ortiz, Angel Gracia, Vilas...En fin, no se puede estar en dos sitios a la vez y el mío, en ese momento, era ciertamente cálido y acogedor...
VOLVEREMOS.
Un abrazo poético inmenso...
¡Cosicas!
- Muchísimas gracias por la crónica, aunque me habría encantado estar allí anoche y no es lo mismo...
- ¡¡Benditos los c****** de Taja, que se va de poesía en periodo de pre-oposiciones!!
- Miguel posee un curioso pasado como hombre de ciencia... que te lo explique él ;).
- Espero que haya un Poesía para Perdidos con Brenda como protagonista. ¡Ya! A ella nunca la he escuchado recitar y tengo muchas ganas.
- Que súuuper guapa y rubísima Ingrid.
- Y qué guapo Vilas con esa camisa.
- Me alegra que lo pasarais bien. Besitos.
Muchas gracias por tus palabras Manolo. Has demostrado que además de ser un gran poeta, eres un excelente fotógrafo.
un abrazo y gracias.
nacho
Gracias a los poetas. Gracias a la poesía; a su fervor, a su gusto, a su tránsito por las cavernas púrpuras.
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