17.12.10

PREMIO DE LAS LETRAS ARAGONESAS 2010


Ángel Guinda en el Monsterio de Veruela (agosto 2009)
Fotografía de Vicente Almazán

El poeta Ángel Guinda (Zaragoza, 1948), autor de una obra sólida, comprometida con la estética, adepta a la mejor tradición de la poesía española, pero construida con un lenguaje renovador, ha sido galardonado con la más alta distinción con que el Gobierno de Aragón destaca la trayectoria literaria de los escritores aragoneses. Guinda, ejemplo para varias generaciones de poetas, figura inexcusable que mantuvo viva la llama de la escritura en la abúlica Zaragoza de los años 70 y 80 (manifiesto Poesía y subversión), ha construido uno de los más singulares edificios literarios a base de su compromiso con un género al que, entre otras cosas, define como una herramienta para embellecer y transformar el mundo.

Residente desde hace veinticinco años en Madrid, nunca ha dejado de sentirse aragonés por encima de todo ni de apoyar a cuantos escritores comenzaban su andadura en el camino de las letras, y esta dimensión humana de su personalidad se erige también como uno de los valores sustanciales abiertamente ponderado por el círculo de sus colegas. Editor de las míticas colecciones “Puyal” de poesía y “Al Margen” de ensayo desde la editorial Porvivir Independiente, sus volúmenes acogieron a buena nómina de los poetas aragoneses de los años 70-80, y fue también el factótum de la revista Malvís, publicación que abrió sus páginas en Madrid a muchos poetas de su tierra.

“La poesía sirve, la poesía es” representa para nuestro poeta uno de los lemas (manifiesto Poesía útil) que no sólo defiende hasta sus últimas consecuencias, sino que constituye toda una sintética declaración de principios por la que ha transitado su obra, fundada en una absoluta independencia al margen de los cenáculos literarios y de cualquier conspiración mediática.

Sea enhorabuena.

15.12.10

POESÍA PARA PERDIDOS

Carlos Bozalongo y Diego Palmath en "La Campana de los Perdidos" (C/ Prudencio, 7. ZARAGOZA) junto a Nico Cassinelli en la música.
Última sesión de 2010 del ciclo Poesía para perdidos organizado por la Asociación Aragonesa de Escritores con el patrocinio del Gobierno de Aragón.


Carlos Bozalongo


Diego Palmath


Lugar: La Campana de los Perdidos. C/ Prudencio, 7. 50003 ZARAGOZA.
Fecha: Sábado, 18 de diciembre.
Hora: 22:00 h.



7.12.10

Sohrab Sepehrí: "Espacio verde. Todo nada, todo mirada"

 Acabo de recibir una delicada edición del poeta persa Sohrab Sepehrí en traducción de Clara Janés bajo el sello de las Ediciones del Oriente y del Mediterráneo. Dos títulos reúne este libro de poesía que huella los caminos del misticismo, de la imagen esplendorosa y de una épica ponderada. La sensualidad que proverbialmente se viene atribuyendo a la literatura oriental no es aquí menos cierta. Pero es que, además, el ejemplo persa es muy singular dentro de ese axioma que bebe con fruición de su tradición propia. El Rubayat, Mohammed-Schemsu-D-Din, más conocido como "El Hafiz" y que, en traducción espléndida de Rafael Cansinos Asséns (también hay edición a cargo de la propia Clara Janés en Ediciones del Oriente y del Mediterráneo), nos fue entregado en 1982 por la Editora Nacional; el Gulistán, Saadhi Shirazi; y, en fin, las revelaciones precedentes de aquella singularidad iraní a cargo del arabista Asín y Palacios
No hace mucho, en 2003, Clara Janés, me propuso para los "Libros de Berna" un texto del joven Mohsen Emadí: La flor en los renglones (nº 14 de la colección), que supuso todo un descubrimiento para los lectores españoles. Lo tradujo también Clara Janés. Desde entonces, Emadí es un asiduo visitante de nuestro país y acaba de ganar el premio "Poesia de miedo" que convoca la editorial Olifante.
Pero decía que aquel libro reunía dos títulos de los ocho que contituyen la obra completa del -también pintor- poeta Sepehrí, muerto en 1980, a causa de una leucemia, a los 52 años (había nacido en Kashán en 1928). En la traducción española han colaborado además Sahán y Mojgan Salami, que dan testimonio de la profusa relación de la poesía persa con una naturaleza que, siendo de ensueño en la palabra que la traduce, no deja de ser la constatación de un hábitat convencional de sus moradores. Colores, aromas, cielos, tierras, frutos, vegetación diversísima... forman parte de la movilización sensual de quien observa con sentido y experimenta superando el límite de la realidad apoyado en los recursos que la poesía concede sin límites. Y más a quien, como Sepehrí, se rodeaba a propósito de desierto y soledad y se daba al torrente de la escritura.


3.12.10

Unos cuantos aforismos recuperados.



A pesar de los besares, vivo.
(1980)

¿Cuándo el amor quedará tendido chorreando corazones en la noche?
(1980)

Me aso con denodada fruición al salvamento que me proporciona mi corazón congelado en el frigorífico de la pasión ignorante.
(1981)

No tengo vocación prometeica. Prefiero, por contra, la capitulación.
(1982)

La ignorancia es fruto del amor y viceversa.
(1983)

La noche abre su párpado oscuro; deja ver su iris pálido.
(1984)

Qué es el placer, sino una violación del miedo.
(1985)

Luna: agujero blanco de la noche.
(1989)
Indiferente, paso de una duda a otra.
(1991)

¡Qué pronto se me ha hecho tarde!
(1991)

La luna es un lunar en el rostro de la noche.
(1992)
Toda una carrera de conocimiento no le enseñó a vivir; pero aprenderá a morir en un curso intensísimo.
(1994)