4.6.09

Mensaje institucional

5 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Derecho al pataleo porque Cataluña es mas importante? Porque Barcelona es una capitalaza y Zaragoza es superprovinciana y cateta?
Tenemos mucho que aprender....

Anónimo dijo...

El complejo lo tenemos nosotros, y grande, si no no hablariamos de ello. A ponernos las pilas y superar a los barceloneses (que no lo conseguiremos nunca)teniendo en cuenta nuestra tozudez, zafiedaz y atraso por mucha bandera, historia y reivindicaciones. ¡A moverse y menos ENVIDIA , que nos pierde!

Manuel Martínez Forega dijo...

¡Tampoco es para tanto! Yo sólo veo ese flyer como una broma. Ahora bien, si supierais las bromas que gastan los catalanes con los aragoneses... -tanto si sois catalanes o aragoneses anónimos-, se os pondrían los pelos de punta. Basta con hacer una visita guiada al Museo de Historia de Barcelona para darse cuenta de hasta dónde llegan esas bromas y hasta dónde son capaces las instituciones catalanas de patear y arrojar lodo a la cara de Aragón y de los aragoneses.
Así que habrá que ponerse las pilas, claro, y comenzar por suprimir todos esos calificativos de nuestro carácter y, cuando sea necesario, aplicar la ley del Talión, que, en estos casos, no está de más. Garrotazo y tente tieso, pues no otra cosa han hecho con nosotros los catalanes (las instituciones catalanas, quiero decir) durante los últimos treinta años. Aplicar una venganza en la que el "todo vale" se ha impuesto como argumento principal: agresiones, burlas y saqueos teñidos de ironía y abarrotados de falsedades y, por si acaso, detrás de cada palabra un Macbeth redento por la política ortodoxa del ombliguista, enajenado por el poder y sin examinar su conciencia.
¡Venga ya, hombre; venga ya!

Vicente dijo...

Todos tenemos que aprender y esa imagen no es más que una manera esbozar una sonrisa, sin más. ¡Ojo! Y sin manipular la historia, ¿no? Muy buena tu disertación, Manuel.

Manuel Martínez Forega dijo...

En efecto, y sin manipular la historia, Vicente, porque, en puridad, lo que el texto dice -al margen de su acusada ironía- es absolutamente cierto.