11.9.08

Terrorismos





Cuánto cuesta en este país llamar a las cosas por su nombre.
Para la clase política y para las instituciones sociales sólo existe un tipo de terrorismo, el convencional: el terrorismo político, convertido hoy por hoy en una permanente virtualidad mientras no deja de superar con creces cualquiera de sus realidades, bien perseguidas de oficio por los jueces.
Existe otro más, sin nombrar todavía (aunque entra en el saco general de "telebasura"), que me adelanto a llamar terrorismo moral. Pues sí, aparece periódicamente, dentro de la programación de las televisiones privadas, con una desfachatez insultante fundamentada en una muy discutible "libertad de expresión" (la misma que las propias cadenas niegan o cercenan a los emisores de SMSs contrarios a sus contenidos), invocada solemnemente sin pudor y a la que nadie pone coto. Un grupo de verduleras y verduleros, conducidos por un hermoso charlatán, lanzan improperios barriobajeros, puñaladas verbales a los intestinos de quien haga falta y ácidos a la inteligencia elemental. Verdaderos monstruos remunerados generosamente por decir quién tiene el coño mejor afeitado o la polla más grande. Todo ello aderezado con sorteos rayanos en el fraude alimentando la esperanza de obtener un premio fácil cuya consecución una voz aguda o cavernosa celebra acuchillando nuestros oídos por la megafonía del plateau. Claro que el segmento (se dice así, ¿no?) de población al que van dirigidos esos contenidos pone bien a las claras cuál es la formación media de la sociedad española y de quienes la nutren a través de semejante perversidad ética. Léanse, si no, los mensajes incrustados (a costa de pagar un dineral por cada uno de ellos) al pie de la pantalla : "Mariposita te kiero ers la megor"; "no agas kaso a la juanita tu eres mas vuena haber si aora te bas a rajar". Entre tanto, a una de las verduleras se le hinchan las venas del cuello y de la frente a punto de estallar en sanguinolenta parodia gore; a otra se le cae la papada hasta los pies mientras ahoga una frase que acaba de pisarle su colega adjunto: "ese no es el ojebto de la discursión". Otro, que se ha retrasado en sus argumentos, se luce ahora para advertir que, "en base a eso, no podría discutirse nada, pero a nivel de periodismo todo entra en debate". Un fotógrafo reconvertido en verdulero, se atreve con la descripción detallada de las bragas de la Oregón: de encaje blanco, ribeteadas de raso rojo y un lacito frontal de organdí." Lo sabe a ciencia cierta, nadie puede discutírselo, puede dar fe de ello, pues para eso permaneció apostado siete días y siete noches frente a la ventana de la trióloga con ese digno y trascendental objetivo: "Dispongo de esta información en exclusiva... (SMS en pantalla: "viki dale una ostia a ese chulo putas") Mi obligación es decir la verdad". Pues eso: que las bragas de la Oregón son blancas, verdad indiscutible defendida ardorosamente por el energoumenon. Eso cuando no te salen comentando los vaivenes de un trampantojo que hay en no sé qué finca donde guardaba la pasta gansa un ex edil con bigote y vestido con pantalón de cuello alto. Y cosas por el estilo y peores: el guano de las palabras, el vertedero del periodismo que el propio colectivo profesional debería encargarse de incinerar.
Todo quedaría en una farsa si realmente estos programas se diseñaran con ese fin, como un teatrillo de guiñol para unos cuantos aburridos inanes. Sin embargo, no es así; se les dota de gravedad tragicómica, de una seriedad aspirante a los altos vuelos de otros debates de los que pretenden obstinadamente ser émulos velatorios.
Hay otro terrorismo más, pero, como si con ese sustantivo se nombrara a la bicha, las asesorías sociológicas y psicológicas de los gobiernos (ambos evidencian un profundo analfabetismo conceptual en estos asuntos) han recomendado denominar "violencia (relativamente erróneo) de género" (absoluta y espuriamente falso, porque no sabemos qué hacer con el género neutro y con el epiceno) lo que simple y llanamente es terrorismo de sexo.
Todos y cada uno de los enaltecimientos que se suceden dentro de determinados media, en determinados horarios y en determinados contextos relativos al terrorismo moral y al exacerbado machismo deberían ser perseguidos con el mismo rigor y la misma prontitud con que se actúa frente al terrorismo político, y también "de oficio".

8 comentarios:

Javier López Clemente dijo...

Don Manuel, como le veo pelín alterado, me voy a permitir una boutade con la intención de hacerle sonreir:

Las bragas de la Obregón eran negras y sin aderezos, un tanguita no más, se lo aseguró porque yo mismo se las quité para fines nobles, nada de sexo, sólo purita comprobación de los hechos durante una noche en la que los blogueros despistamos a los verduleros.

Salu2 Córneos, maestro.

PD. Y una discrepancia, lo de la tele no es terrorismo, me temo, es tontuna catódica generalizada.

Manuel Martínez Forega dijo...

Buenas noches, Javi.
Pues sí, estoy hasta el bajo vientre de peligrosísimas sandeces y de tanta muerta a costa de anunciar una más y de enseñar sus tripas tiradas por el suelo o el penacho de su vida ardiendo por las calles.
A estos tontos del haba habrá que decirles que lo son con más reiteración de la que acaso sea necesaria.
Me apunto a llevar las bragas negras de la Oregón en procesión hasta su nicho.
P.S.: ¿de dónde haces proceder esa "tontuna", léxico que me es a mí tan familiar?

Javier López Clemente dijo...

HOla Manuel.

Tontuna, viejuno, son expresiones de "La hora Chanante" que ahor se emite en La2 de Televisión con el nombre de "Muchachada nui" YouTube esta plagado de videos suyos.

Son humoristas de nuevo cuño que aderezan sus textos con expresiones manchegas, concretamente de Albacete.

Salu2 Córneos

Salu2 Córneos.

Manuel Martínez Forega dijo...

Pues resulta que es término fronterizo castellano-aragonés que ha prosperado hacia el sur. "Tontuna" es vocablo paramérico (norte de Guadalajara y sureste de Zaragoza) cuyo empleo estaba muy localizado en esa zona hasta no hace mucho. Galdós lo emplea en "Fortuna y Jacinta" como localismo de esa zona, concretamente de Molina y Taravilla.
Más saludos, Javi.

Javier López Clemente dijo...

HOla Don Manuel

Ves como a veces me dan ustedes miedo... y un poco de envidia ;-)

Yo vengo aqui y escribo "tontuna" para hacer un chascarrillo de la nueva era y usted termina citando a Galdós, si ya me decía mi padre que en casi todo hay clases. Tomo nota, maestro.

Salu2 Córneos.

Manuel Martínez Forega dijo...

Pues nada, don Javier. Como uno es de la tierra..., se ocupa de esas cosejas fronterizas. Andrés Berlanga, en "La gaznápira" recoge con profusión esos localismos castellano-aragoneses.
Por cierto, hay una errata en la cita de Galdós: no es "Fortuna", sino "Fortunata", claro.
Y otra cosa: no le vi a usted -aunque le viera dictando con esa pautada pausa rapsódica en la gran pantalla escenográfica- en la proyección de "Zaragoza poética".
Abrazos.

Javier López Clemente dijo...

Me hubiera gustado estar en esa audición de Zaragoza Poética pero el cambio de horario a la mañana lo hizo imposible, todavia no me atrevo a pedir fiesta en el curro por cuestiones de rimas ;-)

Salu2 Córneos.

Manuel Martínez Forega dijo...

Llegará un día en que los poetas estén liberados del trabajo. Ese día llegará, pero habremos de fundar el Sindicato de Poetas. Todos liberados, ¡a tomar p'ol saco!