12.11.08

Yo, a lo mío


The Economist le ha pegado un palo al catalanismo mediocre y mediático en un Report que ha levantado ampollas en los sesos de Puigcercós, Ridao y otros muchos que no se han manifestado públicamente (aunque lo harán, seguro que lo harán). Cuando digo catalanismo mediocre y mediático, no me confundan; me estoy refiriendo a ese catalanismo de levita y amplia buchaca que transita por los abismos del delirio sin poner jamás el pie en la realidad, empeñado en ignorarla. Me refiero a ese catalanismo chulesco que gasta coches tuneados de alto standig y forra con números sus tapicerías mientras alea ligera las llantas y monta pneumáticos para seco a la vez que airea leyes represivas, prohíbe y golpea, niega, miente, destierra, levanta muros invisibles y ahonda cada vez más en el precipicio de la falaz diferencia. Ese catalanismo ha comido ajos y, lo que menos podía esperar, es que le picaran con una regurgitación llegada, nada menos, que del estómago mismo de anglosajonia, cuando tanto había perseverado en anglosajonizar en sus pancartas el nombre de Catalonia en vano y de enviar un representante diplomático que lleva un pin con el mapa en el ojal de la chaqueta y el de los Països Catalans tonsurado en la nalga paseándose por Trafalgar Square -sobre todo por Trafalgar Square- con una sonrisa que se torna mueca, porque -¡oh sorpresa!- ha leído en la fachada del XIV Century College el nombre de Felipe Boyl (vencedor de las justas caballeresca en el campo de Smithfield) acompañado del epíteto siguiente: Chevalier of Aragon winner. 1346.
En la estrategia política hay, como sabemos, mucho cretinismo intelectual, un síndrome de enanismo que concluye en onanismo histórico, en una suerte de endogamia cultural autocomplaciente que inciviliza y embrutece las conciencias de quienes ingenuamente han mostrado la suficiente ductilidad para saber que la “diferencia” es lo menos parecido a un tajo en el corazón y sí un sincero abrazo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Para mejorar su página le sugiero la inclusión del nombre de mi abuelo don Alfredo de Incierto Domingo.

Anónimo dijo...

muy rico manolo, muy rico
abrazos
o.

Manuel Martínez Forega dijo...

Riquísimo, Octavio. Pero lo más rico es saber que andas dando vueltecicas por ahí y me encuentras aquí.
Mañana compartimos mesa: un gustazo.
Otro abrazo.