13.10.10

"A'ónde irán éstos, pues"


Manolo "el Zabaleta"

Fieles a su cita, A’ónde irán éstos, pues, grupo de cantadores y tocadores de La Almunia, han llegado a Zaragoza a rondar. A veces, p’al Pilar, sí que sale lo mejor. Y una de esas cosas buenas es este grupo de afición y amor indestructibles por la Jota. Ernesto (bandurria), “Coco” (guitarra) y el “Zabaleta” (triángulo) constituyen la base armónica de este grupo (Florencio el “Mamparo”, guitarra emblemática del grupo, desapareció lamentablemente y para siempre hace seis meses).
Yo los acompaño todos los años que puedo. Éste, he podido, y me he unido al cortejo de seguidores a los que de vez en cuando se incorpora algún espontáneo para echarse una jotica. De El Frasno, de Huesca, de Pastriz o de Calamocha. La ronda recorre una parte del Casco Histórico zaragozano entre vinos, morcilla, jamón, queso, sangría y otras delicias que, con la misma generosidad, algunos locales emblemáticos de Zaragoza compensan la munífica entrega de A’ónde irán éstos, pues.
Dejan a la capitana de la tropa aragonesa donde debe (entre otras cosas, porque nunca supimos qué contestó la virgen de Lourdes a la afirmación de nuestra Pilar, y tampoco es momento de ir dando qué hablar entre dos países vecinos); ha pasado Palafox, han muerto los fútiles alardes nacionalfascistas, losa pesadísima que todavía tiene que quitarse de encima la literatura jotera. A’ónde irán éstos, pues prefieren la jocosidad, el amor irónico u hondo y sincero, la anécdota y la experiencia vital, lo que ocurre cotidianamente, y cierta sensualidad que atañe a un erotismo moderado y socarrón.
Esta cultura instintiva -la que hunde sus venas en la existencia primordial-, nos muestra un prestigio poco valorado, pero tan definido que constituye uno de los elementos singulares de nuestra idiosincrasia al que tildamos inmerecidamente de adjetivos no repetibles aquí.
Ojalá cada Pilar, o cada mes, o cada semana, grupos como A’ónde irán éstos, pues irrumpieran en las calles de Zaragoza, de todas las localidades aragonesas y las llenaran de ese estupor que produce siempre lo “popular” contra lo esnob y las manías de la recidivante postmodernidad.
Hay otras letras, además de una irreverencia confesada, en la literatura jotera. Recuperémoslas. Y añadamos nosotros las nuestras.

 Ernesto

"Coco"

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡¡¡Amén!!!