Ángel Guinda en el Monsterio de Veruela (agosto 2009)
Fotografía de Vicente Almazán
El poeta Ángel Guinda (Zaragoza, 1948), autor de una obra sólida, comprometida con la estética, adepta a la mejor tradición de la poesía española, pero construida con un lenguaje renovador, ha sido galardonado con la más alta distinción con que el Gobierno de Aragón destaca la trayectoria literaria de los escritores aragoneses. Guinda, ejemplo para varias generaciones de poetas, figura inexcusable que mantuvo viva la llama de la escritura en la abúlica Zaragoza de los años 70 y 80 (manifiesto Poesía y subversión), ha construido uno de los más singulares edificios literarios a base de su compromiso con un género al que, entre otras cosas, define como una herramienta para embellecer y transformar el mundo.
Residente desde hace veinticinco años en Madrid, nunca ha dejado de sentirse aragonés por encima de todo ni de apoyar a cuantos escritores comenzaban su andadura en el camino de las letras, y esta dimensión humana de su personalidad se erige también como uno de los valores sustanciales abiertamente ponderado por el círculo de sus colegas. Editor de las míticas colecciones “Puyal” de poesía y “Al Margen” de ensayo desde la editorial Porvivir Independiente, sus volúmenes acogieron a buena nómina de los poetas aragoneses de los años 70-80, y fue también el factótum de la revista Malvís, publicación que abrió sus páginas en Madrid a muchos poetas de su tierra.
“La poesía sirve, la poesía es” representa para nuestro poeta uno de los lemas (manifiesto Poesía útil) que no sólo defiende hasta sus últimas consecuencias, sino que constituye toda una sintética declaración de principios por la que ha transitado su obra, fundada en una absoluta independencia al margen de los cenáculos literarios y de cualquier conspiración mediática.
Sea enhorabuena.