El próximo día 31 de octubre (noche de ánimas), a las 22:00 horas, organizado por la Asociación Aragonesa de Escritores, se celebrará en el Albergue Municipal (C/ Predicadores, 70) de Zaragoza la primera lectura de textos de terror bajo el lema "Hablando de miedo". En el mismo acto, la Editorial Olifante de Poesía y La Casa del Poeta de Trasmoz presentarán el Premio "Poesía de Miedo" en su edición de 2009 y proclamarán al ganador de esta cuarta edición.
"Si así lo quiero, reír es pensar". En esta frase de Georges Bataille se encuentra buena parte (la mejor) de lo que me gusta hacer. Me encojo de hombres. Licencia Copyleft Creative Commons
26.10.09
25.10.09
Poesía para Perdidos: 24 de octubre 2009
Ricardo Díez
Enrique Villagrasa
EnriqueVillagrasa y Ricardo Díez. El presocrático Villagrasa y el lucreciano Díez han llenado esta noche de palabras la bóveda de La Campana. Irredento amador de la patria púber, del río de la infancia, Villagrasa ha traído debajo del brazo unas apotegmas (al decir de Juan Rufo) entreveradas de filosofía pura, de luminosas reminiscencias orientales y de sorpresas conceptuales que nos han advertido de su sabiduría y de su trasiego por los libros, por la línea del horizonte de un más allá infinito: ese horizonte que jamás deja de serlo, esa línea a la vez determinada e indeterminada, y al lado, muy juntos, otros poemas anclados a la vida, al discurrir de las cosas cotidianas, al embrujo de lo común resuelto en mensaje para todos, ecuménico. Bienhallado, Enrique.
Ricardo Díez ha vuelto a jugar con los matices tantas veces inadvertidos de la naturaleza y de lo natural. Para él, tal inadvertencia es incomprensible porque forma parte de su ser humano; tiene esa consustancialidad que otras tantas veces la inmensa mayoría no soportamos. Y, sin embargo, cuando la toca la palabra de Díez se nos hace de repente real, tangible, existente. Claro que Ricardo Díez da cuenta en seguida de que para él es inmanente lo que para nosotros sigue siendo una contingencia. Más hallazgo.
La música, esta vez, de Mrz. Crocodile, más maduras, pero siempre dulces, armónicas, elegantes; sobre todo, elegantes. Quisiera yo esa dulzura y ese recorrido diario por mis pabellones. Carla dio una lección pianística; Julia, sedosa y saxofónica; Juanma, el contrapunto discreto, la sombra imprescindible.
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