31.12.08

400 muertos. 1900 heridos: niños, mujeres, civiles...

© fotografía: Grupo Prisa, S.A.

Los israelíes han vuelto a matar a lo grande; lo suyo son las carnicerías, las hecatombes, como si sus dioses les exigieran un sacrificio puntual y extentóreo: es su Bahal-Zebub, ese "Señor de las moscas", que les pide cada vez más cadáveres.
Mal año tengan los israelíes que matan y los que mandan matar. Mal año tengan los que han borrado el 5º mandamiento de las tablillas mosaicas.


¡Que Palestina viva!

28.12.08

¡Correos!

El epígrafe que da título a este comentario alude a tres significados distintos. Como imperativo, ¡corréos! entraña un mandato el cual, a su vez, exige al menos dos ejercicios previos para materializarse: la masturbación o el coito (señalaré la de aquel tahúr que se corrió cuando ganó con una escalera de color al póquer de ases de sus oponente en el casino de Montpellier y que ha pasado a formar parte del anecdotario universal). ¡Corréos!, tomado en su uso arcaico y tan frecuente en nuestra literatura barroca, signa la orden de la frustración o del susto que a su gusto -aunque de movilización ilógica- acatarán el asustado o el frustrado (ambos así "corridos"). Por fin, Correos, sustantivo, designa e invoca popularmente al servicio postal de nuestro país.
Cuando esto escribia, habían transcurrido cuarenta y cinco días desde que envié a Madrid tres libros y ninguno (NIN-GU-NO) había llegado a sus respectivos destinatarios (un cuarto libro llegó a duros penes, pasado un mes, a su destino).
Tengo a Larra (el célebre Fígaro) por un iluminado que captó muchísimos de los "males del siglo" que le tocó vivir y con prontitud y clarividencia denunció la podredumbre cultural e intelectual de la España de aquel tiempo. Buena parte de aquellos males persisten hoy endémicamente, pero no recuerdo a Mariano José quejándose -y se quejo no poco- del servicio de correos del siglo XIX, seguramente porque entonces il fonctionait, como lo atestigua un viajero francés (De Bussy) que, por esos días, tildaba de "mejor del mundo" el servicio de correos español. Pero, en efecto, era raro que en este país no nos empeñáramos, hasta conseguirlo, en imperfeccionar lo perfecto, maléfico objetivo, querámosolo o no, muy de nuestro gusto.
El buen Conde de Villamediana, mejor poeta pregongorino y Correo Mayor del Rey, corrido quedaría si tuviese conocimiento de cómo hoy la poesía, por culpa de Correos, no es recibida por sus mejores lectores. Y es que se dice -me imagino que por mor de la tamaña malinformación de nuestros corridos funcionarios postales- que todo lo que huele a "cultura" -léase libros, envíos con tarifa reducida, etc.- se almacena en las oficinas para alimento de los ratones o como material de reciclado para esos otros buzones medioambientales (¡que ya vale, hombre, de derrochar papel!). Semejante irresponsabilidad (en quien recaiga, que no hago yo aquí un malus tuti) es de juzgado de guardia, si no es producto de un renovado espíritu inquisitorial que anima los principios del Index en nuestros funcionarios carteristas, rasgos, en último término, muy propios de los ignorantes y de nuestra inercial, inveterada y pésima educación.
Y vaya ustad a reclamar; volverá corrido cuando los irresponsables (porque no se responsabilizan de nada) del servicio le respondan con las mismas palabras que Larra instituyó como magnífica, insuperada y proverbial síntesis de la apología del desorden y de la desidia de nuestros servicios públicos: Vuelva usted mañana.

27.12.08

22.12.08

A vueltas con el movidón poético zaragozano. Hípérbole necesaria contra la anonimatosis bipolar.

Sé que voy a reiterar lo que todos ya saben (esto mismo que sigue, con alguna variante, lo dije ya en abril). No me importa. Tantas veces es necesario repetir estas cosas para —mejor que recordarlas— no olvidarlas, que no me importa. No me importa constatar otra vez la profusa movida literaria zaragozana; no me importa. No me importa que luego se echen a perder las profecías (yo no soy adivino), pero tengo el presente convencimiento de que, no tardando mucho (en esto hay que seguir a Ortega y Gasset), no será el Ebro lo único que se desbordará por esta toponimia aherrojada. Es necesario agarrarse al cohete. No me importa que estalle, que se desintegre: lo hará cerca de las estrellas para abrillantarlas. No me importa que el artificio sea fugaz si así ha de ser y se hacen pedazos todos los cálculos. No me importa. No me importa ser un testigo más jurando que es cierto lo que estoy viendo y viviendo, que no existe ninguna duda en los detalles, que el nuestro es un testimonio de cargo, prácticamente imposible de refutar por muchos agoreros y francotiradores que haya ocultos tras los muros sitiándonos. La poesía hoy, en esta ciudad, es lo más parecido a una cerveza bien tirada, y buena, y fresca (como es costumbre tomarla en este país) tras pasar por el serpentín, y mejor acaso a temperatura ambiente (como ha de ser para que su amargor llegue hasta los talones). No me importa tomarla fría, con esa presunción de efervescencia que atenúa su espuma, pero espuma adivinada.
Hay culpables, claro que los hay; estigmatizados por sus actos, pero que algún día serán tonsurarlos con la olímpica carimba. No me importa que más tarde otros digan y digan: la palabra desdicha es la que más feliz me hace en asuntos de afirmaciones y palinodias. No me importa, pues, decir que, entre eclipsados, iluminados e imperdibles, entre los 22 y los 300, entre la igualdad y la paridad de hombres y mujeres en elencos, antologías y monografías, se traza un hilván cuya aguja nadie sabe quién enhebró ni con qué hilo. No me importa, ni me importa saberlo. Hay más, claro que hay más culpables: cálamos, teatros y sueños y antígonas al quite y FNACs derivadas por responsables éticos y estéticos con mucha gracia de la seria. Hay bloggers y vloggers, notte y noches, malas cabezas y malherbes, pinchadiscos y reyes dichos en latín; vinilos. No me importa similar que en los burladeros hay páramos on the rock’s, mares divinos, campanas que sueñan, AAEs enchufadas, páginas para escribir con carbón y con ell. Hay algunos innombrables que, con discreción, no olvidan la luminosidad de los más mayores amparados en jardines de piedra; cuernos de Roland sonando en el Moncayo; y xórdicas conversando en lenguas tan cercanas y tan alejadas, sin embargo, escritas, de veras, por romanos y nabarros con be, áncheles con te coreados (y no mi colau) desde los fuertes y fronteras orientales. No me importa decirlo. En el albero nutridísimo de palabras, nadie escurre el bulto (ni el paquete... de versos atados con el lazo): las paces octavianas del orbe cesaraugustano; el viento que taja los surtidores; reyes con pelusa que se funden; por mor de las circunstancias, mariposas sobrevolando la cabeza de Lolita; pilares dibujando los peris-tilos de las flores de Chiricco; luengos bozales que atizan los pueyos por Graus; otros con sílabas transparentes que se vinieron desde Graus a matematizar el cierzo; árboles bailando jotas; muchachas que fletan versos en aviones para lanzarlos sobre Nueva York en octavillas, o toman la virginidad de la manzana para preservarla de las dentaduras postizas, fes santificadas convertidas en fées desnudas en los bosques. No me importa añadir que hay por ahí diez corazones de Ricardo, condes en la luna y en la fuente, ciudades fortificadas que se defienden con muros de palabras en Villamayor; castros que encierran ciudades enteras y trinos de pájaros; abadías en sicilia; marcas de camiones antiguos que arrastran en sus libros lo nuevo insólito; davides mayores que Goliath y ángeles que sobrevuelan las sombras de Roma; sarrios que han mutado su sexo acentuándole la 'í'; caínes buenos y arcángeles que han ceñido con la letra G el fanum de los templos o han encerrado en el odre de Eolo el viento serrano; mayustáticos sabios y discretos; hijos de San que emergen de las sombras del silencio agigantados; couleurs et pops; alegrías residentes en los extrarradios de youtebo. No me importa. No me importa confesar que hay libertadores que pueblan de ruiseñores los paseos. Y todos toreando al gran marrajo enjuto de esta tierra que tira unos tornillazos de aúpa, y tampoco les importa. En la grada, al sol que los asombra, se mecen los silbos que os llevan a todos los rincones de España, valles venidos de la Hoya, y los émulos cuyo apellido solapa doblemente las novelas de Espronceda; y la niebla vital del Somontano y monteros de primero dando certeros golpes con el glande; luces e islas griegas recuperados para el desierto, toros rolando y palabras espinosas que hieren nuestro imperdonable olvido al lado de la gran Antilla y del selvático curso del Marañón, y los que esperan en la rampa con la verde hiel a punto de verterla contra el todo. Y barrios enganchados, y fulminante para las bombas lenes... Pero, ¿qué guinda falta, si no es la que aína se me escapa aterido por la rosada del campo de Las Torcas? No me importa soslayar lo que falta, ni me importa olvidar lo que olvido, porque tanto epíteto me ha dejado exhausto. Lo soslayado, guarda un disparo por la espalda; lo olvidado, en el carcaj un venablo, aunque dispuesto en el arco tensado por Hipólita (eso me salva). Pero sí me importa —y mucho— pedir perdón por rendir mi amistad al gesto sublime de un solo brindis: ¡por la amistad!, ¡por el vaso de agua que será vertido en los labios del enemigo!, ¡por fin!

21.12.08

El blog en España según Javier Marías

Las tardes de los domingos son las de la depre generalizada. Te envuelve una especie de galvana, una indiferencia por las cosas que da pavor hasta el lunes, cuando por cc... tienes que activarte muy a tu pesar. Esas tardes caen en tus manos unas cuantas lecturas generalistas, como, por ejemplo, esas revistas misceláneas que acompañan a los periódicos y donde puedes leer de todo: desde un artículo (con fotos, claro) de un aventurero que nadie sabe de dónde ha salido hasta sugerencias para adornarte la mansión que tienes allá en Ontario, junto a un lago inconcebible (la cortinilla para adornar la ventanita del baño cuesta sólo 400 euros), pasando por la exquisita muestra de los vinos de la bodega Tres Zs, que ha pagado un dineral para rellenarse unas cuantas páginas; incluso, si no eres demasiado pudoroso, puedes encontrar un par de cremas para quitarte las ojeras del sábado y un slip (baratillo también) que, con sólo ponértelo, rejuveneces 10 ó 15 años, una colonia a 1.000 el gramo y un reloj con el que medir el tiempo mirando, sobre todo, su pulsera. Suelen esas revistas maridar con la prensa que controla la socialdemocracia, o, lo que es lo mismo, el postmodernismo político cuyo quiosco mediático no encuentra ya otros lectores que la clase media estabilizada y firmemente asentada en el snobismo y en la asepsia crítica. Pero... "no todo va a ser follar" (dice Krahe); así que aparece por las páginas finales algún articulito con enjundia y criterio, como el de Javier Marías en torno a los blogs, de los que abomina en general, aunque, en particular, abomina (hay que decirlo en seguida) como fenómeno de desinhibición dentro del contexto social de España. El bueno de Marías ha ojeado, naturalmente, los blogs para decir lo que dice y ha percibido en seguida que un fenómeno generalizado de los blogs españoles es la tendencia delirante a "tirar la piedra y esconder el brazo", una costumbre más de la deleznable educación española que, en este contexto blogosférico, se oculta tras los nicks para largar insultos y no asumir ninguna responsabilidad. Como es también deducible, el nivel crítico de los blogs es de una mediocridad general casi insultante en el que todavía no se ha asentado (¿lo hará algún día?) el sentido común que advierte —como hace en Gran Bretaña, por poner un ejemplo solo— del necesario respeto por el bloguero y por la libre discrepancia argumentada. Son, todas, ideas y referencias entresacadas del texto de Javier Marías. Pero me viene a la memoria que esta índole crítica y su pausada amargura tiene un precedente en la literatura española, y lo encarnó Mariano José de Larra hace ya 175 años. En algunos aspectos, la sociedad española no ha cambiado nada. Uno de ellos es la mala educación, el rencor y la envidia proverbial que no parece que podamos sacudirnos nunca de encima. Y me viene a la memoria otro antecedente aún más mayor: el Diablo Cojuelo y su estudiante con los que Luis Vélez de Guevara se asomaba por los tejados del siglo XVI para ver los vicios y las miserias morales de la educación española. Es, por lo tanto, un viejo y acartonado estigma que no pueden disimular ni las cremas, ni los calzoncillos, ni las bragas, ni una colonia que se apresta (y apesta) sobre la putrefacción de tantos años por los que, sin embargo, no parece haber pasado el tiempo de su resaca, ni arrastrado los Cariñenas.
Javier Marías tiene razón; la misma que Larra y el Cojuelo.

(La fotografía de Javier Marías es de Bernardo Pérez).

18.12.08

Balthazar Transcelan


Acabo de recibir un librito hermosísimo que, con la delicadeza que la caracteriza, ha cuidado con mimo Lola Escudero en su AdamaRamada Ediciones e incluido en sus "Pliegos Adamar" (ese verbo cruceño que significa más que amar). Es un libro de poesía que reúne dos títulos: Poemas de Alejandría y El ángel y el cisne, no se sabe si escritos originalmente en inglés por el poeta Balthazar Transcelan (cuya nacionalidad se ignora, aunque se sabe que pasó una temporada en Alejandría) y traducidos con su habitual pericia, emoción y sabiduría por Clara Janés (para mí, la actual mejor traductora de poesía de este país). La edición es bilingüe, ilustrada con dibujos de la propia Clara y acompañada de un preliminar" (La ciudad y el enigma"), también de Clara, que nos da detalle exégetico de esos textos y de su deambular curioso por la Alejandría de 2005.
Es costumbre de Clara Janés revelarnos lo raro, lo inaudito, y eso se debe a una fina y poco común sensibilidad que apunta con sus lecturas para tantos otros inalcanzables. Pondré dos ejemplos: el prematuramente desaparecido poeta checo Jiri Orten (Absortos ojos, Madrid, Papeles de Invierno, 1988) y el joven poeta persa Mohsen Emadí (La flor en los renglones, Zaragoza, Lola Editorial, 2003). Dos joyas salidas de las manos de Clara, a quien tanto debemos los lectores de lo invisible.


LA VICTORIA DE LAS ROSAS

I


Ahora me dices con un gesto de la mano
que ya es ala esplendorosa,

la imposibilidad de este amor.

Como ave estás en el dominio del aire

y como astro sometida a un recorrido
que tú haces destellante de figuras

cuando, blanca, giras a través de la noche

y, girando, te desvaneces

y, en cambio, quedas en mí,
luz amada que entra en el sueño,

aroma que despierta el corazón.


(Balthazar Transcelan, El ángel y el cisne, Madrid, AdamaRamada Ediciones, 2008. Traducción de Clara Janés).
Cortesía de AdamaRamada Ediciones.

15.12.08

Dolan Mor: Premio Barcarola de Poesía


(Pego la noticia tomada de CUBAENCUENTRO). Y mis felicitaciones a Dolan.

El poeta y narrador cubano Dolan Mor ha sido galardonado en España con el Premio Internacional de Poesía Barcarola 2008, por su libro La novia de Wittgenstein.

El Premio Barcarola, que publica la editorial Siruela en la colección Libros del tiempo, fue concedido a Mor por un jurado presidido por el poeta español Félix Grande, del que formaron parte los también escritores Luis Alberto de Cuenca y Javier del Prado.

Mor nació en Cuba en 1968 y desde 1999 reside en Aragón, España. Es autor de los libros El plagio de Bosternag (2004), Las historias de Jonathan Cover (2005), Seda para tu cuello (2006), Nabokov’s Butterflies (Premio de Poesía Delegación del Gobierno en Aragón, 2007), Los poemas clonados de Anny Bould (Premio Miguel Labordeta de Poesía, 2008) y El libro bipolar (Premio Isabel de Portugal, 2008).

Su obra ha sido recogida en las antologías Los chicos están bien: Poesía última (2007), Poesía para bacterias (2008), y en la reedición de Las cuatro puntas del pañuelo: Poetas cubanos de la diáspora, galardonada con el Premio del Cuban Artists Fund, con sede en Nueva York.

Ha colaborado en diferentes revistas españolas e hispanoamericanas como Quimera, Turia y Letralia. En la actualidad algunos de sus textos se traducen al francés, inglés y polaco.

El Premio Barcarola ha sido otorgado anteriormente a escritores como Clara Janés, Jesús Ferrero, Lucía Echevarría o José M. Álvarez.

(La fotografía es de Martínez Forega, 2008)

14.12.08

Eleftheria Arvanitaki

Veamos una cara más amable de la Grecia con algunas de sus calles ahora en llamas: la hermosa Eleftheria Arvanitaki.

Grupo "Arco del Deán"



Todos los domingos, a partir de las 12:00 y hasta aproximadamente las 14:30, se reúne desde hace cinco años en el velador del bar "Arco del Deán" (en su interior, si es otoño o invierno) de Zaragoza el grupo del mismo nombre. Se trata de una cita tácita, no expresa ni concertada a propósito, sino espontánea. Acude allí quien quiere, cuando quiere y con quien quiere. Todos y cada uno sabemos que los domingos, en ese tramo horario, es muy posible que haya alguien. En la fotografía inferior, tomada en julio de este mismo año, estamos César Sánchez Vázquez, yo mismo, Mariano Castro, María José Sáenz, Alfredo Saldaña, Nati Saura y Silvia Galindo. Ese día faltaban otros tres de los habituales: Iris Lázaro, Eduardo Laborda y Juan Andrés Pérez. En la fotografía superior, además de Eduardo Laborda, (cuarto por la derecha), sí están Juan Andrés Pérez (primero por la derecha) y Vanesa Martín (primera por la izquierda).
Nos reímos de lo lindo, y hay sitio para todo el que quiera acudir.

Una de memoria


Ese niño que véis ahí, con camisa y chaleco, en mi compañía, se llama Miguel Pérez Fuertes y es hoy un excelente guitarrista clásico que vive en Málaga. La fotografía está tomada en la calle El Chorro de Molina de Aragón (de donde ambos procedemos) en el verano de 1963. Y me viene a la memoria con absoluta nitidez que el día anterior a esa toma estuve a punto de morir. Fue la cosa que estaba yo cogiendo aragonitos en la ladera del río Gallo muy cerca de la Fuente Cancana, en una zona donde la orilla del río remonta unos diez metros sobre un intento del cauce por romper la pared que lo aprisiona. Es ese un terreno gredoso (la greda: un barro rojizo que forma espontáneamente arcilla natural al mezclarse con aguas freáticas), muy resbaladizo, y donde perdí el pie y todo yo tras él. Caí al río desde esos diez metros de altura, con tan buena fortuna que mi cuerpo fue a estrellarse de espaldas contra el agua de un pozo profundo. Si hubiera caído un metro más aguas arriba habría dado de lleno contra el cauce somero del río y, muy probablente, me habría roto la crisma como poco.
En fin, disculpad este exabrupto recordatorio, pero es que acabo de dar con esa fotografía que creí perdida y lleva impreso el estigma de aquel mal trago.

12.12.08

A un joven griego (y no es el de De Villena)



Vi ayer, en la Plaza de España de Zaragoza, a un grupo de jóvenes movidos por el péndulo de la saciante noticia de la muerte a manos de la policía helena de Aleksandros, un adolescente griego de 17 años abatido por una bala "rebotada". Una muerte, al fin y al cabo, joven e injusta, que, como la de Génova o la de Göteborg, se quiere meter a escobazos debajo de la cama. El terrorismo de Estado acude siempre a este tipo de argumentos y siempre defiende a sus homicidas, un grupo muy numeroso entre los que casi siempre hay uno al que, de vez en cuando, se le escapa una bala o un porrazo en mal sitio para sembrar el terror. Aquella explicación me recuerda a las mismas que exponía el régimen franquista cuando alguno de sus sicarios grises disparaba al aire y morían tres manifestantes (jamás se había conocido arma tan eficaz). Las minorías críticas son un peligro para los Estados y son perseguidas y reprimidas con desmesurada severidad. Conocemos muchos ejemplos recientes que se dan, precisamente, en sociedades "libres" y "democráticas".
Si aquel grupo que refiero lo componía un número no superior a 30 personas, frente a él, junto a los porches, había cinco policías nacionales y cuatro locales; a la vuelta de la esquina, a la puerta del Palacio de Sástago, había otros cuatro policías nacionales, a los que habría que añadir todos aquellos camuflados y unos cuantos más de paisano. Es decir: el número de policías (en apariencia indiferente, pero ortodoxamente armado) casi igualaba al de manifestantes para controlar y disuadir a una máxima minoría que se escudaba tras una pancarta denunciando la muerte del joven griego y ejercía su legítimo derecho a la concentración, manifestación y libre expresión apoyados en sus gargantas, un megáfono y no poca beligerancia ética. Tales eran sus armas.
Entre tanto, nos asaltan las noticias de mujeres muertas a manos de asesinos incontrolados o pésimamente controlados ante los que la policía del mismo Estado dice "no poder hacer nada" debido a su imprevisibilidad. Yo creo, más bien, que debido a la galvana, a la mala gana, a la desidia por atajar un problema que no crea (aunque sea alarmante) ningún conflicto social ni pone sistemáticamente en la calle en entredicho la desviada moral de un Estado que debe velar imperativamente por la seguridad del segmento más débil de su población en semejantes circunstancias. El número de mujeres muertas a manos de sus agresores supera con creces, desmesuradamente, al número de muertos a manos del terrorismo convencional. Pero este otro tipo de (no me cansaré de repetirlo) terrorismo no llama tanto la atención, sencillamente porque no es el Estado su objetivo.

"No hay labios como tus besos": 2


2

(Viene del post del día 4.12.08)


Como os venía diciendo, amigas mías:
Porque se me acaban los argumentos. Es mucho decir que estoy "escribiendo" un libro, pues esto de escribir es siempre una conjetura sujeta a múltiples contingencias. A mí me ha pasado: deslizándome por la pendiente de la ideación, he llegado al término de mis ideas. Creo haber agotado las apotegmas, la iconografía, los símbolos, la incursión en un cierto decadentismo e incluso la transcripción falaz de una supuesta realidad reconocible en la palabra pero más sospechosa aún de ser atestiguada en la experiencia. Se me ha acabado el silencio, el concepto, el minimum minomorum expresivo, la hibridación estilística, la radiación lumínica del bombillazo en el bus o en el inodoro. La relación catalográfica de los hechos (ese pseudoperiodismo recurrente) también la he agotado; la descripción de la obviedad, la pretendida epifanía del interior conflicto y hasta el secular misticismo onanista.

(Continuará...)

*

(Faltan dos meses: será el día 14 de febrero de 2009, en la FNAC, y espero vuestras inscripciones aquí: manuelforega@ya.com)

10.12.08

Mariano Castro: "El pájaro y la piedra"




Felicísima noticia la reaparición de Mariano Castro con un título que consuma la excelsa comunión del ser y sus sentidos; mimesis ontológica con lo exterior; canto sensual, aprehensión del mundo por la palabra al dictado de lo vivo; pulsión vital del pensamiento redactado por la inmanencia del poeta.


Estás envuelto en el humo frío
del fuego de los días,

Miras la voz del sol en la ventana.

La transparencia azul,
en tu ojo ciego.

9.12.08

Un poema de Benito Muñoz Montes


XVIII*

Decían que el sol apuñalaba en el val
el horizonte hasta sangrarlo
y rematarlo en una crisálida de luz,
de la que, indefectiblemente, parecía
descolgarse la luna,
nueva al pensar de los ingenuos,
llena al creer de los incautos.


* Silbos del Val, Zaragoza, Lola Editorial, col. "Libros de Berna", nº 28, 2008.

8.12.08

Narconacionalismo: Tardà y Cía.


El último gran reducto de la libertad individual es la disponibilidad de la propia vida. Contiene este trascendental derecho natural todos aquellos rasgos que ni la ciencia especulativa, ni las disciplinas experimentales han podido —ni podrán— jamás definir sino aproximadamente, salvo en el discernimiento técnico de la «defensa propia». La apropiación por parte de cualquier factor externo no contingente constituye un atentado a la inmanencia de aquel derecho. Escuchar arengas a favor de la muerte, vengan de donde vengan; la incitación, las proclamas a quitar la vida del otro, de los otros, es una atribución que nadie puede arrogarse, y mucho menos hacerlo en público. A este respecto, las palabras del diputado de ERC Tardá lo colocan a la altura de aquel tristísimo militar Millán Astray, y todavía no han merecido réplicas institucionales de apropiada contundencia quizá porque ya no hay Unamunos que profundicen en hechos semejantes con la necesaria conciencia «humana», y, con más probabilidad todavía, porque la clase política, desde sus propias instancias, se blinda corporativamente ante cualquier censura que vaya más allá de la sanción verbal. Actitudes como la de ese energoumenon, poseído por un delirio acídico, colgado del narconacionalismo como lo estaría cualquier junkie del caballo, deben ser cercenadas de inmediato por sus graves consecuencias y porque provienen de alguien que ostenta una —cuando menos hipotética— alta representación pública. Me es indiferente quién sea la víctima objeto de su arenga. Yo aceptaría que se matara él, porque es «libre» de hacerlo, pero de ninguna manera es aceptable su inducción a arrebatar la vida de los demás. ¿Para cuándo su enjuiciamiento? ¿A quién le es dado aplicar ahora de oficio el mecanismo de defensa jurídica en nombre no de la sociedad —término gratuito y malgastado—, sino en nombre del ser humano?

(La imagen que ilustra este post es una escultura de Ron Mueck)

5.12.08

Presentación de "Ademenos" e "Hijos de la niebla" en Madrid



Ayer, 4 de diciembre, estuve en el Círculo de Bellas Artes junto a Luis Bazán y José Luis Gracia Mosteo participando en el ciclo que el propio Gracia Mosteo coordina con la colaboración de la Delegación del Gobierno de Aragón en la capital política. Se trata de un programa que propicia la presencia de autores aragoneses en Madrid, una buena iniciativa que, gracias al trabajo desinteresado de Mosteo y a la empatía de la Delegación del Gobierno de Aragón (gracias a Victoria Gazo) permite ampliar en lo posible la imagen de la literatura aragonesa en otros foros donde es susceptible de exhibirse.
Debo decir que el acto, además de entrañable, resultó animado y pudo expresarse lo que cada vez es más necesario advertir: que la literatura no es una actividad de exclusiva atención bipolar como parece deducirse de la tensión Centro-Este; que existen para la literatura otros territorios posibles y cuenta con otros autores posibles. La cutrez de semejante bipolarización pone bien de manifiesto la inmadurez de una cultura española absolutamente mediatizada por otros factores no literarios. Pero nos queda la satisfacción de saber que el egotismo y la endogamia que, respectivamente, la caracterizan no es, desde luego, compartida por todos.
Pudimos encontrarnos con Ángel Guinda, con Benito Muñoz, con Ricardo Díez, Fernando Egido y María José Arregui, con Karlos y Carla, con David, con Mavi Doñate... y con cuantos piensan como nosotros y acudieron a escucharnos para debatir luego.
Saludos a todos ellos y un abrazo final porque la visita fue muy apresurada.

(Las fotografías son de David -"Panda de Tolos"-)

4.12.08

"No hay labios como tus besos": 1


1

Queridas amigas:

He pensado que quizá haya 30, 40, 50... (¿cómo lo veis?) mujeres dispuestas a besarme concediendo a su gesto el valor más personal y, a su elección, uno (o varios) del heterogéneo abanico de matices donde escoger. ¿Qué me decís, mujeres a partir de 18 años?
Pero, ¿por qué este de sopetón inicial?

(Continuará...)

Inscripciones aquí: manuelforega@ya.com

2.12.08

Nueva narrativa española


Coordinado por Manuel Vilas, el ciclo Nueva Narrativa Española se desarrollará en la Biblioteca de Aragón de Zaragoza (C/ Dr. Cerrada, 22) durante los días 6, 12 y 13 de diciembre a las 19:00 horas, excepto el sábado 13, que será a las 12:00 h. Bienvenido.
Contará con la presencia de Álvaro Colomer, Flavia Comany, Juan Fco. Ferré, Julián Rdguez., Félix Romeo, Germán Sierra, Robert J. Cantavella, Jorge Carrión, Carlos Castán, Agustín Fdez. Mallo, Eloy Fernández-Porta, Luis Gª Jambrina y Care Santos.